Página 112 - ROSARIOCORINTO

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José Antonio Hernández Navarro tuvo, casi desde un
principio de su carrera como artífice de imágenes religiosas, el
propósito de elaborar su propio camino, de dejar su sello, su
huella. Para ello ha ido conformando un estilo determinado,
inconfundible, capaz de sorprender gratamente por su
atrevimiento en la composición, originando nuevas concepciones
en las distintas representaciones de las escenas pasionarias. Ha
sido una búsqueda constante en la que se han dado varias fases
creativas que han ido desarrollando una carrera artística de un
marcado carácter propio, hasta culminar con la extrema
idealización de sus últimas composiciones, tal y como se aprecia
en los grupos de la Flagelación y la Coronación de Espinas del
cortejo corinto, por darse estos últimos dentro de esta etapa
emprendida a partir del año 2006 aproximadamente y marcada
por una evidente abstracción en la expresión y configuración
plástica de sus imágenes sagradas.
Si en este análisis escultórico de las obras realizadas para la
Cofradía nos ceñimos, como es obvio, al plano cronológico,
debemos comenzar con la Santa Mujer Verónica, realizada en el
año 2003, en la que el artista, al margen de la entidad plástica de
la imagen, procura, y a fe
que lo consigue, alejarse del
prototipo salzillesco más
que
manido
en
la
representación escultórica
de esta imagen, que según
estableció
de
manera
definitiva la tradición
cristiana ya en el Siglo
XIII, surgió de entre la
gente para acudir al
encuentro del Señor en el camino del calvario no dudando para
nada de su divinidad y arriesgándose por acercarse a él y
socorrerle, suceso recogido por el Cardenal Baronio y aprobado
por la Iglesia, meditándose este hecho en la sexta estación del Vía
crucis. Escultura de apariencia plenamente hebrea, posee un
carácter muy marcado y definido, con elementos muy apreciables
en su composición como el posicionamiento de sus manos,
delicadamente extendidas y que muestran un paño que enmarca
el rostro de Cristo y que es sin duda otro de esos atrevimientos del
escultor pues se haya tallado en madera, lo que supone sin duda
algo extremadamente novedoso dentro de la configuración de esta
imagen, ya que, generalmente, se recurre al lienzo o tela natural,