Página 137 - ROSARIOCORINTO

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que él hiciera para dar una nueva interpretación muy personal.
En esta imagen apreciamos retazos de la escultura napolitana y
genovesa de los siglos XVII y XVIII con detalles que nos recuerdan
a Sanmartino, Colombo o Maragliano, y al mismo tiempo
recuerda el aire que exhalan las esculturas del gran maestro
valenciano Vergara y como no pinceladas de la mejor escuela
salzillesca asomándose a las piezas más barrocas del maestro
murciano, como la Dolorosa que podemos admirar en Sta.
Catalina.
No quiero dejar de reseñar algunos detalles que yo
calificaría de guiños artísticos a modo de homenaje al propio
Salzillo como el detalle de las sandalias que, nunca llevan los
Sanjuanes de Salzillo pero que vemos frecuentemente en otras
obras suyas, incorporadas aquí dándole un sentido de total
novedad sin dejar de ser un recurso clásico. También el manto
que, en sendas figuras, les cae por detrás hasta el suelo en
diagonal. En el caso de Salzillo la punta que arrastra se encuentra
doblada hacia adentro como anticipando el movimiento que va a
tener lugar en su caminar, en el
caso del presente ese pico del
manto aparece ya desplegado
como que ya ha arrastrado y
hasta llegar al calvario para
estar junto a la Cruz, junto a
Jesús.
No quiero terminar sin
antes agradecer a la cofradía del
Stmo Cristo de la Caridad y a su
presidente y amigo A J García
Romero el brindarme la ocasión
de presentar esta magnífica obra
que creo que sin duda va a dar
mucho que hablar y por la
apuesta que ha hecho, y me
consta seguirá haciendo, en
cuanto a la mejora de su patrimonio artístico que de alguna
manera a todos nos beneficia y pertenece, al menos las horas en
que las podemos admirar desfilando por nuestras calles. Y por
último agradecerle a Ramón Cuenca y a su colaborador, sobre
todo en tareas de diseño, Santiago Rodríguez, por dejarme
participar, siquiera como espectador y como comentarista de
estas magnificas obras y sobre todo por regalar a nuestros ojos