Página 160 - ROSARIOCORINTO

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éste no había sido en vano. En ésta tarde de Sábado, en su
desgarradora soledad, medita, ora, reza para que Dios le de
aliento y poder encomendarse en la espera de la Resurrección de
su propia carne.
Se extingue el día…. se apagan las luces, tan solo queda el
silencio…. y la fe.