Página 201 - ROSARIOCORINTO

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ENTONCES Y SOLO ENTONCES
Tomás Jiménez Marín
Mayordomo Celador del Stmo. Cristo de la Caridad
Es difícil a veces, luchar contra todas las opiniones. Es difícil,
cuando los sentimientos es lo único que podemos valorar. Es difícil
no subirte al carro de las mayorías opinantes, doctas o legas. Es
difícil cuando de lo
que se opina es de lo
que quieres y te
conmueve. Pero por
eso se puede defender,
creer,
luchar,
proclamar
sentimientos y obviar
las opiniones. Porque
es lo que quieres. Así
es fácil.
A pocos, muy pocos,
nuestro Cristo de la Caridad les gusta como obra artística. A muy
pocos. De todos los Titulares de nuestra Semana Santa de Murcia,
siempre ha sido denostado por su ejecución. De
“encarnaciones
rosadas y poco definidas”,
lo califica algún Pope de las artes
cofrades locales, aunque hay comentarios y voces aún peores. Él o
ellos se lo pierden. Lo ven como el madero policromado del que fue
extraído. No lo ven con los ojos de los que nos acercamos a
contarle nuestros días, nuestras vidas, consuelo y alivio en los
pesares y a contarle nuestras alegrías, nos
acompaña en las galas de las celebraciones
y en los lutos de las perdidas.
Cuando pasamos cerca del Templo de
Reparación de Santa Catalina, nuestra
sede canónica, somos muchos cofrades de
la Caridad, los que desviamos el recorrido
para acercarnos a nuestro Cristo. Y allí le
contamos, allí le rezamos y allí también le
hablamos. Nos da la paz y las fuerzas. Por
eso tiene cerrados los ojos. Para poder
escuchar, sin mirar si eres más o si eres
menos. Solo si vienes y le hablas. Con los ojos cerrados, te oye
mejor, solo a tí… solo por tí.