su misión, (“La proclamación y la instauración del reino de Dios
son el objeto de su misión” (RM 13)), envía a todos sus discípulos, a
la Iglesia entera, como “sacramento universal de salvación” (LG
14; 48) Y en la Iglesia nos envía a todos y cada uno de nosotros. La
tarea específica de los seglares decía Juan Pablo II consiste en
“
inyectar en las arterias del mundo (trabajo, política, arte,
familia, cultura, economía…) el espíritu del Evangelio”
. Este es el
campo de nuestro trabajo y testimonio cristiano, una tarea
inmensa y urgentísima que acabe con las injusticias, corrupciones
y violencias de los grupos y poderes del mal que llevan al mundo a
la ruina y al fracaso total. A medida que vayamos conociendo y
amando más a nuestro Santísimo Cristo de la Caridad, seremos
mejores cofrades, nazarenos y por encima de todo, mejores
cristianos. Que El nos bendiga a todos, a nuestras familias y, de un
modo especial, a quienes se encuentren en especial necesidad.