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ingresos y así se conseguía el fin fundamental de cualquier
cofradía, ejercitar la caridad como principal fin.
No estamos tan lejos de aquel espíritu de Trento, el objetivo
y el fin, es el mismo, aquel nuevo catolicismo que emanó de ese
concilio nos ha ido dando todo el camino, toda la ruta que las
cofradías han de seguir. Nosotros cumplimos veinte años, pero
una amplia mayoría de cofrades traemos un bagaje nazareno en
otras cofradías de la ciudad, de otras localidades, de pedanías, que
por tradición, herencia, espiritualidad y sobre todo por
religiosidad popular hemos ido recibiendo desde nuestra infancia.
Desde el primer día de esta nueva etapa, mi mayor
satisfacción fue, es y será, gestionar de la forma más acertada que
yo sea capaz, hacer toda la vida interna de la cofradía, para ello
cuento con un gran equipo humano que me respalda y apoya
constantemente, pero también contamos con un consiliario de
gran altura y valía personal, que habla y también escucha, que
tiene una visión muy cercana de cómo debe ser la vida cofrade,
que nos ayuda, que nos pide, que nos atiende con la mejor sonrisa,
y que ejerce como director espiritual de esta gran familia corinto.
Mil gracias siempre al Santísimo Cristo de la Caridad por ponerlo
en nuestro caminar.
Somos responsables de legar a las generaciones futuras, una
cofradía con el mejor patrimonio material e inmaterial posible,
realizando las gestiones oportunas siempre para que las cuotas
que los hermanos nos confían sean gestionadas con la mayor
eficacia y con toda la eficiencia que merecen, evitando excesivos
gastos protocolarios que a nada conducen, gestionando toda la
vida interna con medidas de cautela y de ahorro y sabiendo que lo
superfluo es eliminable y lo esencial gratificante. Y esencial es,
trabajar nuestra advocación.
Solo me queda pediros con todo el cariño y afecto, que
participéis en los actos de vuestra cofradía, puesto que este año
viviremos varios hitos históricos y me encantaría disfrutarlos con
vosotros.