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hermandades de solemnidad en el procesionar, aspectos todos que
hacen de esta joven cofradía todo un referente en la Semana
Santa murciana.
Así, año tras año, los que participamos en el desfile
procesional asistimos a un incremento en el número de fieles que
se acercan a ver nuestros tronos y hermandades. Es, sin duda, la
mejor recompensa al trabajo bien hecho.
Obligado es hacer referencia, si hablamos del trabajo bien
hecho, a la necesaria y a la vez magnífica renovación artística a
la
que
estamos
asistiendo en los últimos
años en la cofradía.
Lejos, muy lejos, quedan
ya los tiempos en que
todas imágenes habían
de salir de la misma
gubia. La Santa Mujer
Verónica,
a
cuya
dotación me honro
pertenecer y que salió
del taller de nuestro querido y admirado José Hernández
Navarro, fue la punta de lanza tras la cual otras obras del mismo
escultor han enriquecido el patrimonio de nuestra cofradía,
otrora vilipendiado por razón de imágenes cuya calidad artística
ha sido siempre discutida.
No hay duda, pues, que en estos veinte años, se ha trabajado
mucho y bien en la cofradía Corinta, especialmente en las últimas
etapas. No todo ha sido un camino de rosas, es cierto, pero la
ilusión, el compromiso común y sobre todo la corinta devoción al
Cristo de la Caridad han permitido superar todas las dificultades
y lo que es más importante, preparar un futuro lleno de
optimismo.
¡Felicidades hermanos!