Página 99 - ROSARIOCORINTO

Versión de HTML Básico

Díaz Cassou, al hablar de este acompañamiento en el paso de las
Hijas de Jerusalén, cita la presencia de “
…una turba, pelotón de
nazarenos que tocan trompetas, tambores y bocinas…”
. Ya en el siglo
XX, el citado pintor Pedro Flores en su obra “
Las Correlativas”
ofrece
una singular visión artística de la Convocatoria de la Cofradía de la
Sangre en la que, desde luego, la presencia de diversos instrumentos
de viento es evidente.
Cabe plantearse, por tanto, que este agrupamiento musical
perviviría hasta poco después cuando se alteraron sustancialmente
estos usos propios de la Semana Santa; dando lugar a la oportuna
rudimentarización”
de su repertorio que, como señala José Salas,
perdió parte de sus valores genuinamente musicales.
La identidad escénica y dramática
Los valores de los acompañamientos de la “
Burla”
revisten un
interés mayor que el estrictamente musical pues, además, debe
valorarse su potencialidad dramática en tanto elemento que sirve a
un discurso narrativo: el de la propia Pasión de Cristo. Al margen de
la historicidad de sus elementos conviene detenerse en la forma en
que se insertan dentro de la procesión. Así, la estética musical
sugiere unas connotaciones rituales al respecto del estridente sonido
de las agudas bocinas y el destemplado retumbar de los tambores.
Estos matices, desde luego,
son ajenos a la composición
compilada por Verdú y,
consecuentemente,
ha
estado sometida a una
evolución persistente al
carecer de un apoyo
definido; es decir, al
adolecer de una partitura
de referencia.