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especialmente por quien se encuentra en dificultad. Sed misioneros del amor y de la ternura de Dios. Sed
misioneros de la misericordia de Dios, que siempre nos perdona, nos espera siempre y nos ama tanto”.
Estoy firmemente convencido que
esto es lo más importante en nuestra
Cofradía. En primer lugar, reforzar la fe,
cuidando la formación espiritual, la oración
y la liturgia. Esto nos exigirá participar en
los actos programados: Quinario, Misas,
Asambleas, Convivencias, y otros medios de
formación y compromiso que podríamos
poner en marcha.
En segundo lugar, hemos de tener
una conciencia clara de nuestra vocación
dentro de la Iglesia: ser una presencia activa
en la comunidad, en las parroquias y en la
diócesis entera, como células vivas, como
un verdadero pulmón de fe y de vida
cristiana, de aire fresco.
Y finalmente, algo que forma parte
de la entraña, lo más esencial de nuestra
Cofradía: el testimonio de la caridad, la
atención a los más pobres y desfavorecidos.
El año 2013, con la celebración de los XX años de la Cofradía, ha estado lleno de momentos muy
felices de encuentros, convivencias y comidas, hermanamientos, incorporación de nuevas imágenes,
conferencias, rosario de la aurora, y la primera procesión con Nuestra Señora del Rosario en sus misterios
dolorosos que se ha acercado a nuestros vecinos murcianos con su dolor sereno y transfigurado por el
amor inmenso de la Madre.
Que el presente año 2014, siguiendo el testimonio admirable del Papa Francisco, acerquemos
nuestras Hermandades a las gentes de Murcia y de fuera con un estilo de devoción, autenticidad y “aire
fresco” que atraigan a la fe a tantos indiferentes, y a muchos que vacilan y no encuentran, o que andan
perdidos y alejados.