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Durante el siglo XVI en España resultará abundantísima la producción de imágenes exentas en
madera policromada de Jesús Atado a la Columna. En la mayoría de ocasiones Cristo aparece solo,
abrazado a una columna de líneas decididamente clásicas, y donde se prescinde de sayones u otros
personajes secundarios. Entre los artífices de estas obras destacan los nombres de Juan Guas, Diego de
Siloé, Gaspar Becerra, Pablo de Rojas o el jesuita, también autor del Cristo de la Misericordia de Murcia,
Domingo Beltrán. Muchas de estas esculturas, pese a que no fueron concebidas en un principio como
imágenes procesionales, con posterioridad, y especialmente a partir de mediados del siglo XX, pasaron a
formar parte de la nómina de pasos de Semana Santa de diferentes poblaciones de toda España. Sirva
como ejemplo el Cristo Atado a la Columna de la Catedral de Burgos y Jesús del Perdón de Granada
(Fig.11), ambos de Diego de Siloé, Nuestro Padre Jesús Atado a la Columna de Medina del Campo (Fig.
12), Jesús de la Paciencia de Granada de Pablo de Rojas, o el Cristo de la Flagelación de León, atribuido a
Gaspar Becerra (Fig. 13).
(Fig. 11)
(Fig. 12)