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Durante el Barroco también se constatan originales iconografías vinculadas con el momento
inmediatamente posterior a la Flagelación. En un primer momento aparecerán en obras pictóricas,
para años más tarde darse también en imaginería. Así, Velázquez realiza la obra
Cristo después de
la Flagelación siendo contemplado por el alma cristiana
(Fig. 18), Alonso Cano
Cristo recogiendo
sus vestiduras
(Fig. 19), donde Jesús aún permanece de pie, y, quizás la más sorprendente, la de
Murillo,
Cristo después de la Flagelación
(Fig. 20), en la que Jesús aparece arrastrándose por el
suelo para recoger sus ropas. Un siglo más tarde Luis Salvador Carmona tallará la obra
Cristo
recogiendo sus vestiduras,
(Fig. 21), que prácticamente es una transposición a la madera de la obra
homónima de Alonso Cano. Andrés de Carvajal por su parte, siguiendo tipologías que se
desarrollaron en la escuela granadina durante estos años, realiza una imagen de Jesús que de
rodillas, tal y como lo representara Murillo, recoge sus ropas del suelo (Fig. 22).
(Fig. 18)
(Fig. 19)
(Fig. 20)