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El 7 de marzo de 1998 se
bendijo La Flagelación que Ardil
Pagán realizara para la Cofradía de la
Caridad de Murcia (Fig. 35). Fue una
obra que estuvo procesionando hasta
2006 y que respondía a una iconografía
que,
con
escasas
variaciones,
reproducía el paso de Los Azotes de
Francisco Salzillo. Pero la Cofradía, en
un determinado momento, decidió
renovar algunos de los grupos
escultóricos, debido, por una parte, al
mal estado de algunas obras, pero sobre
todo, por la escasa calidad artística de
(Fig. 35)
las tallas de Ardil Pagán. Así, el primer paso que se decidió reemplazar fue el de la Flagelación,
encargándosele a José Hernández un nuevo grupo escultórico sobre el mismo tema (Fig. 36). Desde un
principio el escultor de Los Ramos tuvo claro que la nueva obra debía apartarse decididamente de la que
sustituía, y para ello concibió una iconografía completamente original, en la que Cristo aparece en el
momento en el que es desatado de la columna. Y aunque es cierto que, a partir del Barroco, los artistas
representaron habitualmente a Jesús después de la Flagelación, no tengo constancia de ninguna obra en la
que se muestre el instante en el que un soldado romano está cortando las cuerdas que mantienen a Jesús
atado a la columna. El alejamiento con el paso de La Flagelación de Ardil Pagán se refuerza con el hecho
de que ya no son sayones sino un soldado quien acompaña a Cristo y que Hernández Navarro recurre a
una columna alta arbórea, similar a la que ya realizó para el Santísimo Cristo de la Flagelación de las
Torres de Cotillas.
(Fig. 36)