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Llama la atención que en todas las obras que ha realizado Hernández Navarro sobre la Flagelación,
se puede constatar que ha rehusado a incorporar cualquier elemento exógeno al trabajo de talla. Así, y en
contra de lo habitual en imaginería, las columnas y las sogas que sujetan a Jesús son esculpidas en madera
por el artista. Este modo de proceder es un claro reflejo del gusto de José Hernández por la talla completa,
que le ha llevado en su carrera a ir descartando los postizos para sus imágenes, e incluso mostrarse reacio a
realizar imágenes de vestir. En esa renuncia a los añadidos, quizá el ejemplo más evidente sea el de La
Verónica de la Cofradía de la Caridad de Murcia (Fig. 39), en el que decidió tallar en madera incluso el
paño que lleva la santa mujer en sus manos.
(Fig. 39)
Tras el análisis de los siete pasos que ha realizado Hernández Navarro sobre la Flagelación, se
puede afirmar que nos encontramos ante un imaginero que cada vez que le llega un encargo trata de buscar
soluciones iconográficas innovadoras. Tales variaciones se pueden percibir en el número de tallas que
conforman cada grupo, las diversas tipologías de columna que emplea, las diferencias en el modo como
Cristo es amarrado a la columna o la elección del momento a representar dentro de la narración general de
la Flagelación. En definitiva, José Hernández es un artista que concibe su trabajo como una continua
investigación, y en el que las iconografías empleadas son fundamentales en esta permanente evolución.
Todo ello viene a refrendar una frase que Hernández Navarro repite frecuentemente:
“No me gusta
copiarme ni a mí mismo”.