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La Hermandad de Santa Marta, a la que
pertenece, fue fundada por el gremio de la
Hostelería en 1946, y este extraordinario Paso de
Misterio compuesto por nueve imágenes fue creado
en 1953 por el escultor gaditano, Luis Ortega Bru.
Las ocho figuras que rodean a Cristo se disponen
en dos grupos perfectamente relacionados entre sí.
El primero lo forman los dos santos varones que
sostienen el cuerpo inerte de Cristo; y a cada lado y
reclinadas, María Magdalena y María Salomé.
Detrás se sitúa el segundo grupo, de fuerte
sabor romántico y neoclásico, que forma el cortejo
fúnebre propiamente dicho; compuesto por cuatro
imágenes emparejadas, delante figuran Marta y
María de Cleofás, y detrás cerrando la comitiva,
aparece la Virgen, denominada bajo la advocación
de Nuestra Señora de las Penas, acompañada por el
discípulo amado, San Juan. Las imágenes de la
Virgen y Santa Marta, son obras de Sebastián
Santos Rojas en 1958 y 1950, respectivamente. Este
grupo escultórico es espectacular en su conjunto,
destacando su monumentalidad, y sobre todo por el
valor artístico del grupo central con la efigie de
Jesús, y enmarcados los Santos Varones, José de
Arimatea sosteniendo el cuerpo sin vida por las
axilas, y Nicodemus por las piernas.
El Cristo de la Caridad es una talla de madera policromada de 186 cms. de alto, y posee una
acertada disposición que permite ser contemplado desde cualquier ángulo. El paño de pureza envuelve sus
caderas, quedando suelto por el costado derecho. Su cabeza desposeída de corona de espinas, muestra un
rostro muy patético, centrando todo su dramatismo en el tratamiento de su larga cabellera y barba; al igual
que hay que destacar su magnífica anatomía captada del natural y su magistral brazo diestro desprendido.
La policromía que le aportó su autor en 1977, le impregna de un magnifico realismo, junto a la sangre que
brota del costado, rodillas y llagas. El Señor sevillano de la Caridad aparece muerto pero con una
iconografía distinta a la ejecutada generalmente, donde encontramos al Redentor en posición semi-acostada
e individual; creando un grupo escultórico atrevido y resuelto con gran acierto; cuyos antecedentes pueden
encontrarse en las primeras manifestaciones del Renacimiento. Posiblemente la fuente de inspiración de
Ortega Bru, fuesen las temáticas de Rembrandt y Caravaggio, o la Piedad florentina de Michelangelo
Buonarroti, iniciada hacia 1550.
Respecto a la idiosincrasia de sus cofrades, éstos visten túnicas negras de cola, sin brillo y con
cíngulo plateado; acompañando así a su Titular en la procesión más rápida sevillana, pues los aproximados
mil hermanos hacen su recorrido en apenas cuatro horas. Es el único paso que posee la hermandad, no
lleva música, y su exorno floral es de lirios moraos.