Página 131 - revista02

Versión de HTML Básico

131
Estamos viviendo una temporada muy dura y difícil y en ese mágico instante en el que
avanzábamos de la mano, por primera vez en muchos meses mis lagrimas se derramaban de
alegría, alegría y amor por ver a mi bebé convertido en un niño grande, en un nazareno serio,
formal, regalando caramelos y monas como si alguien le hubiese enseñado cual era el modo
correcto de procesionar. Caminábamos de la mano, él sólo la soltaba para entregar con una sonrisa
detalles a los que ese día miraban asombrados pasar la procesión y se encontraban a Javier, con dos
años y medio caminando junto a mí.