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tener iniciativas para la evangelización con el propio ejercicio de obras de caridad, a trabajar de
forma unida entre los cofrades de las quince Cofradías de pasión existentes en nuestra ciudad de
Murcia, que es extensible también al resto de Hermandades y Cofradías de Gloria de Murcia,
y….por qué no, de toda España.
Haciendo una reflexión sobre el canon citado, si
hubiésemos conseguido ya esa vida más perfecta,
quizás no harían falta las Cofradías puesto que
una vez conseguido el objetivo, el medio dejaría
de tener sentido; más no es así, pues tratándose
de un trabajo ejemplar, y teniendo en cuenta
nuestra propia condición humana, todo esfuerzo
es poco cuando se trata de una forma de vida
que se esfuerza por fomentar la igualdad entre
los hombres, solo por ser hijos de Dios y por
estar vinculados de una forma especial a esa
sociedad de la que todos somos parte. Sin
embargo, esa igualdad que proponemos en todas
nuestras asociaciones católicas, llámese en
nuestro caso Cofradías, nos obliga moral y
gravemente a ser coherentes con nuestra
convivencia, a crearla de forma que sea el
servicio mutuo el principio por el que regirnos y
por el que el buen cristiano sabe que está en la
tierra para servir y no para ser servido. Nosotros
llamamos a este concepto: ―hermandad‖.
Y por pisar en la tierra ahora, las Cofradías no
pueden ser para la solidaridad un fin, sino un
medio, pues se trata de que sean las personas
quienes deban recibir el bien, ya sea de manera
directa o indirecta, pues la solidaridad nace de
las personas y se dirige a ellas como principio y fin. El sinónimo de solidaridad como participación,
apoyo, fraternidad, respaldo, unión, fidelidad, ayuda, defensa, favor, ya nos transmite una idea
multifuncional, pues tratándose de una misma palabra con un mismo concepto, admite multitudes
de formas y de funciones. En efecto, adhesión es unión y acuerdo por una idea, como lo es el
hecho de que a las Cofradías les mueve la unión entre sus miembros desde la que poder afrontar
objetivos de ayuda a los demás a través de la caridad cristiana. Se trata de un valor como
organización social que goza de una fuerza atrayente de la que es difícil escapar cuando te ves
inmerso en ella, ya sea cuando se colabora con otras organizaciones, fundaciones o instituciones de
ayuda solidaria, o cuando se lleva a cabo una sencilla campaña de recogida de alimentos. Quizás
faltaría unificar más fuerzas, adherirlas a un mismo fin y proyectarlas para conseguir los objetivos
propuestos, y eso solo se puede hacer uniéndose en un Cabildo común, ya existente, que convierta
el grano aportado en una gran montaña. Solo la fraternidad entre Cofradías puede conseguirlo,
porque es el afecto y el vínculo entre hermanos lo que define a tan peculiar tipo de asociaciones, a
diferencia de otras, o lo que es lo mismo, es la fidelidad, de la que siempre han hecho gala, la
virtud necesaria para dar cumplimiento a una promesa de acción que incluye entre sus medios la
incondicionalidad.
Es innegable que hoy día existe una inquietud y un movimiento ascendente de las Cofradías
murcianas por implementar acciones que tengan como principal fin la solidaridad. A poco que se
observen las cuentas anuales presentadas en Cabildos Generales o presupuestos anuales,
comprobaremos que se han incrementado los gastos en caridad o en acciones concretas que tienen