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―Hay en esta obra realizada para el viernes santo murciano un hecho singular que muestra la
importancia concedida por Salzillo a cuanto podía condicionar la visión de sus imágenes. Si
en la Dolorosa de Santa Catalina, la talla, la quebrada textura de sus pliegues, la sinuosa
figura de la Virgen y la intensidad de sus colores, constituyeron las bases de su belleza
formal, en la de la cofradía de Jesús, su carácter procesional obligó al escultor a dirigir sus
ojos a la imagen de vestir, porque consideraba que era la forma más adecuada de responder
a los efectos emocionales buscados. (p.143).‖
Si con la imagen de Nuestra Señora de los Dolores de la Iglesia Parroquial de Santa Catalina,
Salzillo trabajó la idea de un rostro que permitiera crear otros modelos iconográficos, donde la
Virgen María tuviera gran presencia como son los grupos de la Virgen de las Angustias de Murcia
y Lorca. Con la Dolorosa de Jesús, Salzillo llegó a alcanzar cotas artísticas jamás imaginadas, y que
quedan patentes en las palabras de Chico de Guzman (1875):
―La Virgen de los Dolores .No tiene más que una figura, una sola; ¡pero qué magnífico, qué
admirable poema de dolor! Dolor inmenso, sobrehumano, supremo e infinito; el dolor de los
dolores, aquél dolor indescriptible que debió sentir al pie de la cruz la madre del Redentor, en
aquellos dulcísimos ojos parece encontrarse la fuente de todas las lágrimas; en aquellos labios
entreabiertos parece que se ve nacer el primero sollozo y el primer suspiro que hace diecinueve
siglos las generaciones repiten de eco en eco , y repetirán siempre, mientras quede un resto de la
creación y un átomo de la humanidad.(p.10)‖
Por otro Melendreras Gimeno (2010) nos describe de la siguiente forma a la Dolorosa de Jesús
desde el punto de vista artístico:
―Rostro dulce y hermoso, con esa faz de óvalo perfecto , de ojos grandes y expresivos, mirando al
cielo , con unas lágrimas tan reales que parecen perlas cristalinas, nariz fina y delgada, al igual que