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Muy Ilustre y Venerable Cofradía del Santísimo Cristo de la Caridad
muchos años, los cuales irían bajando conforme
fuera pasando el tiempo hasta que moriría hecho
un bebe.
De repente caí en la cuenta de que sabía el
día y la hora a la que iba a morir, lo que no sabía
era donde ni cómo. Primera agonía, esta vida en vez
de disfrutarla día a día, se convertía en una cuenta
atrás.
Empecé a buscar, tenía que encontrar a mis
hijos, a mi mujer, a mis hermanos, a mis padres,
a mis abuelos, a mi familia, a mis amigos,…, no
sabía dónde estaba nadie y ni siquiera si llegaron a
existir, pero en mi recuerdo estaban todos y cada uno de ellos y no solo eso, sino vivencias vividas y
sentimientos que debía encontrar de nuevo, pero no sabía si eso existía o había sido un sueño. Debía
empezar la vida por el revés, debía empezar la vida como había pedido, por el final, con tiempo y
dinero, pero sin familia y amigos. No sabía en qué momento se fueron marchando de este mundo
cada uno de ellos, en que situación, de qué modo y manera…
Toda mi vida se limitó a buscar, a buscar todo aquello que me hizo feliz a lo largo de mi otra
vida, de esa vida donde naces en el seno de una familia, que te enseña y te educa, que te hace persona,
en la que luchas para ser alguien en la vida, en la que te formas como persona a base del esfuerzo de
tus padres. En la vida en la que todo cuesta mucho, pero en ese esfuerzo estás siempre rodeado de
tu mujer y tus amigos. Luego llegarán los hijos, esas personas que realmente hacen que todo tenga
sentido y donde ves realmente el fruto de todo el esfuerzo y de todo lo que como persona llevas y
vas dando forma a lo largo de los años. Esas personillas que te quitan el sueño y por las que siempre
estarás preocupado, les vaya bien o les vaya mal.
Y sigo buscando, y buscando y buscando. Me paso el tiempo, ese tiempo tan añorado por los
zagales de antes, buscando, no tengo tiempo para nada más que para buscar y el dinero que tengo
solo lo puedo emplear en ir de aquí para allá, buscando una señal, una referencia, algo que me lleve a
todas esas personas que conformaron mi vida o
yo pienso que así fue.
Voy a contrarreloj, voy de más a menos,
voy quitando días y cada día estoy más joven
y cada día no encuentro a nadie de aquellas
personas a las que tanto quise.
Y llegó unmomento en el que paré. Paré de
esta locura en la que el hombre juega a ser Dios y
hace la vida como cree es mejor para él, sin darse
cuenta que la vida es un regalo, un maravilloso
regalo en cada uno de sus días. Todo va pasando
sin que nos demos cuenta, todo transcurre con la
más absoluta de las “normalidades”, pareciendo
que hasta nosotros somos capaces de hacerlo
igual que Él. Pensando algunos que hasta Él no
está ahí y todo es fruto de la casualidad. Siendo
tan miserable como si despreciáramos el más costoso de los regalos, hecho con el más absoluto de los
sacrificios.
Es ahí, en esa encrucijada, cuando te paras y caes en la cuenta que una sola cosa de las que han