Página 95 - revista corregida final total

Versión de HTML Básico

Rosario Corinto 04
95
DESDE MI SILENCIO EL CRISTO DE
LA CARIDAD ME HABLA…
MN. Jacinto Pérez Hernando
Te hablo cuando ya estoy clavado a la cruz a ti, que tantas
veces me miraste sin verme y me oíste sin escucharme.
A ti, que tantas veces prometiste seguirme de cerca y sin
saber por qué te distanciaste de las huellas que dejé en el mundo
para que no te perdieras.
Os hablo, cuando –con más emoción que nunca- miro al
Padre, pero, con más pasión que nunca, no puedo dejar de mirar
hacia vosotros, a vosotros, que no siempre creéis que estoy en el
silencio, que me buscáis sin hallarme y a veces perdéis la fe en
encontrarme, a vosotros, que a veces pensáis que soy un recuerdo
y no comprendes que estoy vivo.
Yo soy el principio y el fin, soy el camino para no desviaros,
la verdad para que no os equivoquéis y la vida para no morir.
Mi tema preferido es el amor, que fue mi razón para vivir y para
morir. Yo fui libre hasta el fin, tuve un ideal claro y lo defendí con
mi sangre para salvaros. Fui maestro y servidor, soy sensible a la
amistad y hace tiempo que espero que me regaléis la vuestra
Nadie como yo conoce vuestras almas, vuestros
pensamientos, vuestro proceder, y sé muy bien lo que valéis.
Incluso, ahora que os veo dormidos, sé que puede más el deseo de seguirme, que la inclinación
a dejarme.
Sé que quizás vuestra vida os parezca pobre a los ojos del mundo, pero Yo sé que tenéis mucho
para dar, como yo me estoy dando ahora, y estoy seguro que dentro de vuestro corazón hay un tesoro
escondido; ¡conoceros a vosotros mismos! y, así, haréis un lugar para mí, como yo, en mi corazón he
reservado un rincón para mi Padre Dios.
Si supieseis cuánto hace que golpeo las puertas de vuestro corazón y no recibo respuesta. A
veces también me duele que me ignoréis y me condenéis como Pilatos, otras que me neguéis como
Pedro y que otras tantas me traicionéis como Judas. Cuando estoy a punto de morir en el madero y de
subir hasta lo más alto de él, quisiera no volver a veros egoístas, orgullosos, rebeldes, disconformes,
pesimistas.
Cada vez que estéis débiles, como yo ahora lo estoy –débil y fuerte- buscadme yme encontraréis.