Página 164 - ROSARIOCORINTO

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MI LABOR DE IMAGINERO PARA LA COFRADIA DE SANTA CATALINA
Ramón Cuenca Santo
Escultor
Siempre es para mí un honor
volver a Murcia con nuevos trabajos
para su Semana Santa. Soy un
admirador de lo murciano, su arte y su
vida. Fue en ella donde comencé a
aprender, entre los muros de sus
templos de los grandes artistas de la
escultura religiosa cuando hace dos
décadas comencé mi labor de
imaginería. En esta ciudad tengo
buenos amigos y grandes momentos
vividos en ella. Mi sueño como escultor
era que algún día viese por sus calles
alguna imagen salida de mi taller.
Entré en Murcia por el barrio del
Carmen. La oportunidad me vino de la
mano de la Archicofradía de la Sangre, la imagen de su fundador
San Vicente Ferrer y el soldado que le pone la clámide purpura al
Cristo del Pretorio, ellos fueron mis tarjetas de presentación.
Luego vino Nuestro Padre Jesús de Medinaceli, imagen de
devoción y para la devoción que quien sabe si algún día verá las
calles de su barrio carmelitano.
Pero es siempre la representación de María Santísima en la
Pasión de Cristo, la efigie de gran complejidad a la hora de
representarla. Ella tiene que
transmitir unción y devoción en la
feligresía, esa carga emocional que tiene
que llegar al corazón del devoto.
La Cofradía de la Caridad me da esta
oportunidad con su presidente al frente
y el comitente de la imagen José Alberto
Fernández. Nuestra Señora del Rosario
meditando en los misterios dolorosos.
Esta es la advocación de esta efigie que
saldrá Sábado Santo, cuando la tarde
esté cayendo. La representación se
puede decir que es una alegoría a “La
soledad de María” en esa tarde de sábado. María sola en su
soledad, arrodillada y con las manos recogidas sobre su pecho