Página 81 - ROSARIOCORINTO

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que han querido profundizar en la Fe y llevar las enseñanzas de Cristo
a su vida cotidiana.
LA HERMANDAD SEVILLANA DE LA CARIDAD
Las primeras referencias que hoy conocemos sobre una
Hermandad de la Santa Caridad en España nos remontan a la Sevilla
del siglo XV, aunque con unos fines muy concretos y diferentes a los que
hoy podríamos encontrar en las cofradías y hermandades existentes en
la ciudad hispalense: el de los enterramientos.
Por aquellos remotos años, no existían los cementerios tal y como
los conocemos hoy día, que no comenzaron a impulsarse hasta el siglo
XVIII y a materializarse de forma definitiva cien años después.
En la España medieval y
en la primera Edad Moderna, los
difuntos eran enterrados en las
iglesias –cuando su familia podía
hacerse cargo de los costes- o
donde buenamente podían darles
sepultura, algo que no estaba al
alcance
de
los
más
desfavorecidos, de los pobres, los
ajusticiados, los ahogados,… de
aquellos que vivían en los más
bajos estratos de la Sociedad.
Así, los orígenes de la
Hermandad de la Santa Caridad
no fueron otros que dar
sepultura a aquellos cuyo cuerpo
quedaba a la intemperie y abandonado, a los humildes y ejecutados. A
los marinos que morían en el puerto sevillano. Por eso, la primera
capilla –cripta- que construyó aquella hermandad fue conocida
popularmente como la capilla de los ahogados.
Aquella continuó siendo su principal tarea durante los años
siguientes, hasta que en el siglo XVII ingresó en la Hermandad Miguel
Mañara (1627-1679), un aristócrata sevillano que no sólo revitalizó ésta,
sino que, ya elegido Hermano Mayor, le encomendó nuevas tareas, al
proponer la construcción de un Hospital desde el que atender a los