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Al terminar, un tiempo de oración frente a la
Gruta, en la explanada que hay delante de ella, en
silencio, mucho silencio, hasta el rio Gave, que
bravo y caudaloso pasa a escasos dos palmos de
nuestra espalda, calla cuando pasa delante de María,
todo es silencio, todo es oración. En Lourdes se
habla a Dios de los enfermos y a los enfermos de
Dios. Un diálogo contínuo entre la Madre y sus
hijos, sin importar raza, lengua, condición, un
encuentro ansiado y reconfortado.
Como comenté al principio, es muy difícil
hablar de Lourdes, hablar de la Hospitalidad, pues
todo ello es hablar de sentimientos, del corazón, de
experiencia, de amor a los enfermos y de alegría, de
esperanza. Siento no poder transmitir lo que siento
por Lourdes, por la Hospitalidad, por todo lo que
se hace y se vive en la Hospitalidad, en Lourdes,
pero como te comentaba al principio, esa persona
que nació en una isla desierta, esa persona que
nunca había probado el sabor dulce, esa persona a
la que no sabíamos cómo explicar cómo era ese
sabor, y que al final fue tan fácil como ofrecerle un
terrón de azúcar, y con ese sencillo gesto, pudo
comprobar todo lo que encerraba ese sabor y que
tú en horas, en días, fuiste incapaz de transmitir.
Si tú eres esa persona que nació en esa isla,
si eres esa persona que quiere saber cómo sabe el
sabor dulce de Lourdes, de la Hospitalidad, siento no poder expresarlo con palabras, pero se me ocurre
ofrecerte el azúcar de la próxima Peregrinación a Lourdes, que será D.m. , del 27 de Junio al 1 de Julio y
cuando saborees el dulce regalo del Amor de Dios en tu Vida, te aseguro que nada será igual, que tu vida
tendrá otro sentido. Si eres tú esa persona, en la Hospitalidad de Ntra. Sra. de Lourdes te esperamos.