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Rosario Corinto 04
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COFRADÍAS MURCIANAS
Y LA MUSICA:
UN VALOR EN ALZA
Ángel Luis Carrillo Gimeno
Director de la Coral Discantus
Conocida es por todos (o debería serlo) la es-
trecha relación entre el mundo cofrade murciano y
las diversas manifestaciones musicales que jalonan
tanto la Cuaresma como nuestra especial Semana
Santa. En su vertiente más pública todos recorda-
mos como nuestras procesiones se llenan de trom-
petas de burlas, bandas de cornetas, arcaicos sones
de tambor y espléndidas bandas de música que
acompañan de forma solemne nuestros desfiles pa-
sionales por las calles de Murcia, pero más allá de
eso, afortunadamente cada vez más nuestras cofra-
días vuelven sus ojos a la necesidad de ennoblecer
sus ceremonias religiosas celebradas durante todo
el año, con un justo acompañamiento músico-coral
durante cada liturgia.
De esta forma, las cofradías murcianas su-
man un nuevo valor a la ya ingente labor de recu-
peración del patrimonio murciano que desarrollan
a través del cuidado y restauración de imágenes, tronos, vestimentas, paños, estandartes…y a la que
se suma la incorporación de la música coral en un noble afán de solemnizar sus triduos, quinarios, vía
crucis, traslados y procesiones, convirtiendo aún más si cabe sus ceremonias con estas expresiones
musicales, en vehículo de transmisión de sentimientos y elevación del espíritu, que lleva a completar
la labor evangelizadora implícita en nuestras cofradías pasionales.
La música y particularmente la música vocal, bien como expresión artística o como vehículo
místico de comunicación con la divinidad, siempre ha estado ligada a la religión de forma indisoluble
desde las primeras comunidades cristianas hasta nuestros días, ya que encontraron en la expresión
musical un medio de participación comunal y a la vez de diálogo íntimo y personal con Dios. Recor-
demos al respecto las palabras de nuestro santo y doctor de la Iglesia católica San Agustín de Hipona
(354 d.C.- 430 d.C.): “quien canta, ora dos veces” y por ello desde las diferentes opciones posibles
aplicables a las ceremonias actuales como himnos, salmos, motetes, oficios, tercias, secuencias, expo-
sición y reserva, etc … hasta la culminación musical del género litúrgico como es la musicalización del
ordinario de la Misa (Kyrie, Gloria, Credo, Sanctus, Benedictus y Agnus Dei), se ofrecen multitud de
posibilidades para acompañar y solemnizar la liturgia, siendo imprescindible la precisión al tiempo