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Rosario Corinto 04
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EL ARTE DEL BORDADO
José Rubio Pastor
I) ORIGEN
Deberemos remontarnos a la Edad Antigua donde tenemos referencias de que la invención
y el primer desarrollo de este arte deben atribuirse a los babilonios pues de Mesopotamia procedían
los más famosos bordados de la época así como de Egipto la tela fina y las tapicerías. Los hilos más
usados en el bordado son los mismos que sirven para el tejido, como los de seda, lana y lino, en toda
su variada gama de colores. El científico, naturista y militar Gayo Plinio Segundo, conocido como
Plinio el Viejo atribuyó al rey Átalo de Pérgamo (s. III a.C.) la introducción de los hilos de oro y plata
en este oficio.
Aunque realmente y en contraposición de lo anterior encontramos como el Antiguo Testamento
nos refiere el activo comercio que los negociantes fenicios realizaban con lanas, sedas y bordados
orientales (Ezequiel, c. 27, vers. 16, 18 y 24) y nos habla de los tejidos que transportaban y que realmente
se trataban de las cortinas del Tabernáculo y los velos del templo; hasta llegan a indicarse los tisús y
bordados en oro que, sin duda, hubo en los tiempos de David y Salomón (siete u ocho siglos antes
Detalle del manto denominado de tisú de la Esperanza Macarena, bordado en Sevilla
por Juan Manuel Rodríguez Ojeda en 1929.