Página 151 - ROSARIOCORINTO

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“Deshacer los yugos; dar libertad a los quebrantados, partir el pan
con el hambriento, y acoger a quienes están sin hogar; cubrir al
desnudo; no apartarse de quien necesita ayuda.”
El texto que acabamos de leer no puede ser más claro. Lo que
Dios tiene en cuenta son las acciones que llevamos a cabo en favor
de los necesitados. Esta es la mejor penitencia.
Hay otros textos de los profetas en los que está presente esta
llamada a la conversión auténtica. Un texto de Oseas que lo cita
el mismo Jesús, y que nos debe sonar:
“Porque yo quiero amor, no sacrificio; conocimiento de Dios, más
que holocausto”
(Os 6, 6).
Jesús lo cita cuando los fariseos le critican por comer con
pecadores, ellos no han entendido nada de lo que significa el
verdadero ayuno que acerca a Dios. Jesús cumple la voluntad de
Dios acercándose a los pobres, a los pecadores. Él está en línea con
el verdadero ayuno y conversión que pedía Isaías.
No tenemos tiempo de referirnos a todas las citas del
evangelio en las que Jesús se acerca a los pobres y marginados. Lo
que sí podemos decir es que no se trata de algo aislado. Es una
constante en el comportamiento de Jesús. En la misma línea, hay
numerosos textos de los profetas, muy críticos con esas falsas
seguridades de quienes pretenden engañar a Dios realizando
“Prácticas religiosas”, alejadas de lo que llevan a cabo en la vida
de cada día.
“Yo desprecio vuestras fiestas. No me gusta el olor de vuestras
reuniones solemnes. Si me ofrecéis holocaustos, no me complazco
en vuestras oblaciones, ni miro a vuestros sacrificios de comunión.
Que fluya sí el juicio como agua y la justicia como arroyo
perenne”
. (Amós, 5, 21-24).
Amós ha criticado en versículos anteriores a esos que pretenden
congraciarse con Dios ofreciéndole un sacrificio: “
Pues bien, ya
que vosotros pisoteáis al débil, y cobráis de él tributo de grano,
casas de sillares habéis construido, pero no las habitaréis.... pues
yo sé que son muchas vuestras rebeldías, opresores del justo, que
aceptáis soborno y atropelláis a los pobres en la puerta”.
El profeta también tiene palabras duras contra los tramposos
:
“Escuchad esto, los que pisoteáis al pobre, y queréis suprimir a los
humildes de la tierra, diciendo: ¿Cuándo cambiará la luna, para
vender el grano, el sábado para dar salida al trigo, para achicar
la medida y aumentar el peso, falsificando balanzas de fraude,