Página 152 - ROSARIOCORINTO

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para comprar por dinero a los débiles y al pobre por un par de
sandalias”.
Hoy día hay formas más sutiles de estafar que las balanzas
trucadas. Se llaman fondos de inversión, agencias de calificación;
compra de deuda pública. Pero el resultado es el mismo: provocar
sufrimiento y miseria en una buena parte de la población.
Dejamos, ya, los textos de los profetas en los que se critica la
injusticia, y en las que Yahvé, el Dios de Israel, toma el partido de
los pobres, y amenaza a los que viven a costa de ellos. Volvamos a
Jesús.Hay en la vida de Jesús una constante, que no se basa en
una anécdota aislada, sino en una actitud permanente que le llevó
a enemistarse con las autoridades religiosas de la época: Jesús se
relaciona con pobres, pecadores, gente marginada y etiquetada.
En línea con los profetas de Israel, Jesús presenta a Dios como el
amigo de los pobres. Pero en este caso, no son solo textos.... son
gestos, palabras y hechos. Jesús no se limita con decir: Dios ama a
los pobres y pecadores. Es mucho más. Lo dice acercándose,
mezclándose con ellos. A veces estamos muy preocupados en la
Iglesia por lo que pueden decir de nosotros. Tenemos la
preocupación de no herir susceptibilidades, de no chocar con
nadie. Jesús, sin duda ninguna, no tuvo esa preocupación, ni le
importó mucho, cuando se trataba de defender a los pobres, y
marginados.
Pero vayamos al inicio de su misión. El evangelio de Lucas
describe cómo toma Jesús la palabra en su pueblo natal, Nazaret,
y escoge un texto, otra vez, de Isaías:
“El espíritu del Señor está
sobre mí, porque me ha ungido para anunciar la los pobres la
Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los
cautivos, y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los
oprimidos, y proclamar un año de gracia del Señor
”. (Lucas, 18-19).
No olvidemos que aquello acabó mal, pues sus conciudadanos, a
renglón seguido, lo sacan a empujones y pretenden despeñarlo por
un acantilado.
Esto se confirma en las señas de identificación de su misión.
Cuando en el evangelio de Mateo (Mt 11, 2-6) y Lucas (Lc 7, 18-24),
los discípulos de Juan le preguntan si es el mesías, Jesús no se
contenta con soltarles un discurso. Se remite simplemente a los
gestos que realiza, como los signos de identidad del Reino de Dios.
¿Y qué encontramos? Nada de rituales, ni de prácticas de ayuno:
las señales de identificación del Reino consisten en que los ciegos