San Juan Evangelista

San Juan Evangelista

La escultura de San Juan fue la última obra del imaginero cartagenero Ardil Pagan para la Cofradía de la Caridad, tallada en 2001. En el año 2013 ha sido sustituida por otro San Juan, realizado por el escultor Ramón Cuenca Santo, en madera de cedro y dorada en oro fino y policromada al óleo. Los ojos son de vidrio de media esfera pintados artesanalmente y las pestañas de cabello natural.

   Presenta la efigie al Santo Apostol al pie de la Cruz una vez alcanzada la cima del Gólgota. San Juan se gira hacia el cuerpo inerte de Cristo que pende del madero ya atravesado por la lanza de Longinos. La gestualidad del rostro expresa dolor pero una mirada anhelante ante el descubrimiento del sacramento del Amor; en efecto, se revela la expresión máxima de la Caridad evidenciada por medio del Sacrificio. Si San Juan era durante la Cena el “polluaelo” recostado en el pecho de Cristo, prefiguración del tema del “pelícano inmolándose” magistralmente versionada por Salzillo en el paso de la Cena, aquí se nos muestra en su correspondiente giro eucarístico; como adorador del Cuerpo sacrificado del Maestro, consciente ya de la profundidad teológica de los acontecimientos sacramentales acaecidos en el Cenáculo.

   En esta idea subyacen planteamientos derivados de las estéticas renacentista y barroca pero abordados por el imaginero de un modo muy peculiar; en efecto, se trata de una actualización del tema de San Juan al pie de la Cruz al modo mediterráneo, de modo dinámico, sensual y vitalista. Así, se descubren matices propios de aquellas escuelas cuyas bases estilísticas volcaron su personalidad en el arte escultórico murciano: ecos genoveses, elegancia romana, tonalidades academicistas,… Ello lo singulariza de los prototipos anteriores de los que se aparta en un modelo concebido, con magistral intuición, hacia la contemplación casi eucarística de la Caridad evidenciada en el martirio de Cristo. Este giro, no exento de dramatismo, revela la formación intelectual de un artífice imbuido por el pensamiento teológico del cristianismo y abiertamente comprometido con el. Además, es acorde con la estética barroca dieciochesca que impera en la imaginería de las procesiones murcianas evidenciando su capacidad para ofrecer soluciones nuevas sin aniquilar la tradición iconográfica.

   Rasgo esencial de su personalidad  es el propio dinamismo de la imagen manifestado en una bellísima y elegante torsión anatómica que, pese a ello, revela una unidad sumamente naturalista y estudiada. San Juan recoge así toda la tensión del drama del Calvario e introduce, con su movimiento entorchado, al fiel hacia la figura preferente del Crucificado. Existe en su pose cierto compromiso con las soluciones místicas o de arrebato en las que se enarbola la proyección hacia un plano trascendente. Elemento descollante de la talla es, igualmente, el hedonismo fervoroso del rostro donde se resume la belleza espiritual y mística del “discípulo amado” que tanto arraigo ha tenido en la Historia del Arte universal: propicia de este modo la “delectatio” intelectualizada para la escultura Barroca por San Carlos Borromeo. Se rinde así homenaje singular a aquellas imágenes excelsas, etéreas, trabajadas por Salzillo y donde se recoge la particular visión de la manifestación pasionista local; fundada en un sentido salvífico de la belleza como muestra la luminosa y magnífica policromía de sus carnaciones.

   En suma, un epílogo en el que se asumen las señas de identidad icónicas de la ciudad aportando un nuevo compañero a la estela volátil del célebre Ángel, el propio San Juan o la candidez ingenua y magnífica del cortejo angelical de la Dolorosa (todos ellos de la murciana Cofradía de Jesús Nazareno); la demostración palpable de que para ser coherentes con la figura de Salzillo se puede prescindir de imitaciones serviles o reproducciones marcadamente manieristas.

   El San Juan está expuesto al culto durante todo el año en la Iglesia de Santa Catalina, ubicado en la capilla de los hermanos corintos junto con la Santa Mujer Verónica y el titular de la cofradía.

TRONO

Fue tallado por los hermanos Noguera Pastor en el año 2001; en estilo barroco, con unas medidas de 1’96 x 3 metros, y de planta rectangular, se distribuye en tres tarimas; la de varas, otra artística con molduras y motivos vegetales que escoltan a los  cuatro escudos de la Cofradía, y en las esquinas cuatro águilas, que simbolizan al joven apóstol; y por último, la peana de la imagen.

Tiene el trono una capacidad de 26 nazarenos-estantes.